Un mecanismo de control es el desarrollo de procedimientos para temas sensibles como por ejemplo: empleo, contratistas y compras locales, quejas y reclamos. Estos procedimientos deben ser transversales, pues la gestión de riesgos sociales es una responsabilidad que debe asumir la empresa en su conjunto. Los procedimientos, asimismo, deben estar alineados con los estándares corporativos e internacionales, la legislación nacional y enmarcados en una estrategia social que esté integrada a la estrategia global del negocio.
Finalmente, el reto de la empresa es lograr que se implementen los procedimientos. Esto puede suponer modificaciones en la estructura organizacional de la empresa, que deben implementarse a través de un proceso de gestión del cambio.